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Me encanta el sonido de los 60

Una vez cada cierto tiempo (normalmente coincide con alguna alineación de planetas), aparece algo nuevo en el mundo de la música que me gusta. Así, hace no mucho tiempo, descubrí a James Morrison y me enamoré de la voz de Joss Stone. Ahora le toca el turno a otra británica: Duffy.
Su primer disco Rockferry tiene unos toques de soul sesentero que son, aunque parezca contradictorio, de lo más novedosos en la actual escena musical. Me diréis que soy un clásico y que estoy chapado a la antigua, pero la década de los 60 debería ser un modelo que todos los músicos que se precien de ser llamados así, reverenciasen hasta la extenuación.
Es posible que muchos de vosotros ya hayáis escuchado el primer single del álbum, Mercy. Pues bien, no os quedéis ahí porque el álbum completo merece mucho la pena. Aquí os dejo otro de los temas del disco (Warwick Avenue) que podría merecerse incluso ser comprado y no bajado de Internet:


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Iglesia Católica S.A.


Esto lo dice el obispo de Alcalá de Henares y es lo último que me quedaba por oir saliendo de la boca de un obispo.
O sea que no tienen suficiente con invertir sus fondos como si de una empresa se tratara que se pasan por el arco del triunfo sus "estatutos" para reivindicar una subida de sueldo. Por si esto fuera poco, no dudan en realizar una campaña de marketing que realce sus logros para atraer más fondos. ¿Qué será lo próximo? ¿Sustituir la sotana de los curas por monos publicitarios a lo Fernando Alonso?
Si eso significa que el Estado ya no le da ni un euro (ni directa ni indirectamente en forma de concesión de colegios o hospitales) lo daré por bueno pero hasta ese momento que no me jueguen la baza de provocar lástima en los contribuyentes porque al final alguno picará. Yo por mi parte lo tengo claro...



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La crisis del PP a vuela pluma


Bajan las aguas revueltas en el PP. Parece que la segunda derrota electoral consecutiva ha escocido y se han desenvainado las espadas.
  1. San Gil ha abierto las hostilidades y, como pasa con los Donettes, le han salido amigos de todas partes.
  2. Tengo la impresión de que su enfermedad le ha conferido un mayor grado de profesionalidad ante los ojos de algunos. Sé que afirmar esto es políticamente incorrecto pero es mi opinión.
  3. Rajoy calla y eso es señal de debilidad. Yo no me extrañaría si presentase su dimisión en los próximos días.
  4. Otro que calla es Aznar y eso es mucho más peligroso. Su advenimiento como salvador del partido podría estar cercano.
  5. Gallardón y el PSOE se están frotando las manos. No necesitán ni hacer oposición, la línea dura del PP se la hace sola.
  6. A todo esto, ETA ha vuelto a matar y parece que los defensores de las víctimas del terrorismo ahora se preocupan más de sus problemas internos.

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El último trayecto de Horacio Dos

Ahora sí que voy retrasado, pero cuestiones profesionales y personales no me han dejado el tiempo necesario para leer. Esperemos que mayo sea un mejor mes en todos los sentidos.

Contraportada: la versión oficial

Al comandante Horacio Dos le ha sido asignada una incierta misión en atención a su incompetencia y desfachatez. Como jefe de una estrafalaria expedición, surcará el espacio en condiciones extramadamente precarias junto a los pecualiares pasajeros de su nave - los Delincuentes, las Mujeres Descarriadas y los Ancianos Improvidentes-. En este viaje, que les deparará incontables aventuras, habrá paternidades y filiaciones secretas, espectáculos cortesanos que ocultan una realidad cutre y desportillada, luchas por sobrevivir de pillos y buscavidas, y mucho susto y sorpresa.
¿Un relato futurista? ¿Una alegoría satírica? ¿Una novela de género? Ninguna de estas tres cosas aisladamente, y al mismo tiempo todas ellas: El último trayecto de Horacio Dos. Una divertidísima y muy sabia fabulación que participa de la ironía, de la parodia, del folletín y de la picaresca y que, en un recorrido sideral, nos lleva a descubrir nuestra propia condición tras una galería de máscaras muy humanas.

Mi humilde opinión

Mendoza tiene mucho de Buenafuente o al revés. Me explicaré antes de que creáis que me he vuelto majara. Desde su paso por TV3 con programas como Sense Títol o La Cosa Nostra, Buenafuente ha creado un modelo de programa de entretenimiento a partir de su humor inteligente que, con ligeros retoques, ha perdurado en el tiempo y le ha asegurado el éxito allá donde ha estado. Pues bien, Mendoza, manejando siempre los mismos mimbres literarios, ha conseguido forjarse un reconocimiento en el panorama literario español.
Yo diría de Mendoza que es el rey de la ironía. Sus personajes siempre esperpénticos muestran el lado más canalla de la sociedad y hacen que el lector pasee por las páginas de sus libros con una sonrisa entre los labios, con accesos de carcajada en ciertos momentos. Evidentemente y como ocurre con cualquier escritor, tiene mejores y peores libros. Sin embargo, Mendoza permanece siempre fiel a su estilo y garantiza un buen número de momentos hilarantes en cualquiera de sus libros.
El último trayecto de Horacio Dos probablemente no sea su mejor libro pero también es posible que ésta no fuera la intención del autor. De hecho y como bien me comentó un sabio lector, El último trayecto... parece un entretenimiento para el propio escritor, una especie de juego de improvisación en el que Mendoza no ha empleado demasiado tiempo. Esta vez ha querido salir de sus tradicionales escenarios barceloneses y ha jugado con un argumento futurista pero los originales nombres de los personajes (¿quién sino él podría llamar a un personaje Graf Ruprecht von Hohendölfer, D. D. M. de F., alias Tontito?) o la retranca de juegos de palabras sabiamente repetidas a lo largo de la novela indican que el "estilo Mendoza" sigue ahí.
De inicio te podrá gustar más o menos pero si caes abducido por el hechizo de su afilado verbo, Mendoza siempre será capaz de provocarte una sonrisa. Como Buenafuente.