El otro día hablaba de la SGAE, sus quejas y sus récords. Hoy hablaré de la adaptación de un músico al nuevo canal de distribución de su trabajo: Internet.
Jonathan Coulton es un compositor e intérprete que gracias a Internet ha conseguido difundir sus canciones de manera que en la actualidad puede vivir de la música (ingresa unos 4.000 euros mensuales de la venta de sus canciones en su página web).
A través de Eventful, otro portal online, convoca conciertos en aquellos lugares donde sus fans requieren su presencia y a través del archiconocido YouTube se ha convocado un proyecto para que quien quiera realice los vídeos de sus canciones.
Digamos que este tío ha sabido adaptarse al nuevo mercado musical. Como viene ocurriendo en ámbitos como el periodismo, se ha saltado los intermediarios y ha decidido contactar directamente con su público. Esta reacción es la que no está sabiendo gestionar la industria discográfica. En lugar de arrimar el ascua a su sardina y tratar de aprovecharse de una nueva forma de negocio, está tratando de destruir al enemigo a cañonazos. Y ya se sabe que no hay mejor publicidad que la que recibes de tu enemigo.
Como ocurrió con otros inventos como la radio, la televisión o el vídeo doméstico, el interés mercantil ha tratado de criminalizar los beneficios de estos canales de distribución para los usuarios pero yo pronostico, cual Nostradamus de la época, que la distribución de música vía Internet acabará triunfando como lo hicieron sus antecesores. La voluntad de millones de personas no puede ser frenada por los intereses de unos cuantos.
PD: Que la idea del Jonathan este haya sido buena no quiere decir que me guste su música. De hecho yo me decanto por otros tipos de música, como el que ofrece Lola Pulgada
Fotografía | El susodicho Jonathan Coulton
A través de Eventful, otro portal online, convoca conciertos en aquellos lugares donde sus fans requieren su presencia y a través del archiconocido YouTube se ha convocado un proyecto para que quien quiera realice los vídeos de sus canciones.
Digamos que este tío ha sabido adaptarse al nuevo mercado musical. Como viene ocurriendo en ámbitos como el periodismo, se ha saltado los intermediarios y ha decidido contactar directamente con su público. Esta reacción es la que no está sabiendo gestionar la industria discográfica. En lugar de arrimar el ascua a su sardina y tratar de aprovecharse de una nueva forma de negocio, está tratando de destruir al enemigo a cañonazos. Y ya se sabe que no hay mejor publicidad que la que recibes de tu enemigo.
Como ocurrió con otros inventos como la radio, la televisión o el vídeo doméstico, el interés mercantil ha tratado de criminalizar los beneficios de estos canales de distribución para los usuarios pero yo pronostico, cual Nostradamus de la época, que la distribución de música vía Internet acabará triunfando como lo hicieron sus antecesores. La voluntad de millones de personas no puede ser frenada por los intereses de unos cuantos.
PD: Que la idea del Jonathan este haya sido buena no quiere decir que me guste su música. De hecho yo me decanto por otros tipos de música, como el que ofrece Lola Pulgada
Fotografía | El susodicho Jonathan Coulton
1 comentarios:
Los recaudadores de dinero vía cultura han optado por morir en vez de adaptarse.
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