Malos tiempos para la fe

Todos sabíamos de las desviaciones de cierto sector eclesiástico, pero no confiábamos en la aparición de un topo dentro de la Iglesia. Y ese infiltrado no es un topillo sino uno de los pilares sobre los que se asienta la religión católica: Santa Teresa de Calcuta.
Ahora aparecen unas cartas que la beata mandaba a sus confesores en las que confiesa sus dudas acerca de la existencia de Dios. Y no se trata de una duda pasajera sino que este sentimiento la acompañó durante ¡sus últimos 50 años de vida!.
Esto es como si Aznar renegase de los neocon, como si Zidane confesase su amor por Capello o como si Ferrán Adriá dijese que adora las hamburguesas del McDonald's.
Como veis, algunos herejes como yo nos lo tomamos a chufla pero ¿supondrá esta noticia un replanteamiento de la fe en algunos creyentes? Con uno de ellos que se convirtiese al ateísmo, para mí sería suficiente...

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