No puedo ocultar que estoy contento. Ya se me pasó el cabreo post-debate y voy renovando mi ilusión en el proyecto socialista que tan buenos frutos dió durante los primeros años de la pasada legislatura.
También estoy contento por el hecho de que Zapatero no haya conseguido una mayoría absoluta que podría suponer una perversa tentación. Fue la mayoría absoluta de la 2ª legislatura de Aznar la que trajo la crispación que hemos estado recogiendo hasta ahora. O mejor dicho, que seguiremos recogiendo de aquí en adelante.
Porque no nos engañemos: la estrategia de acoso y derribo del PP no ha fracasado. De hecho, el partido que lidera Rajoy ha obtenido más diputados que en 2004 por lo que no es descabellado pensar que se continúe en la misma línea. Se ha podido comprobar que el PP cuenta con unos votantes obstinados que les darán su apoyo hagan lo que hagan. Incluso si desprecian a esas víctimas que tanto dicen defender.
Ya les gustaría a formaciones como ERC o IU tener este tipo de votantes porque de ser así no habrían sufrido la debacle que han sufrido. Por ERC no siento ninguna pena pues está más que demostrado que es un partido bluff que tan pronto recibe el voto de castigo de los socialistas descontentos como es abandonado masivamente por sus ideas independentistas. Sin embargo, lo de IU sí me apena. He sido votante suyo en algunas de las últimas elecciones y en cierto modo, me siento responsable de su derrota electoral. Comparto muchas de sus ideas pero no estoy en sintonía con sus representantes. Creo en lo que dicen pero no porque salga de su boca. Espero que este varapalo les sirva para renovarse y renacer de entre los escombros del tsunami bipartidista al que tanto se refirió Llamazares justo antes de dimitir (gesto que le honra, por otra parte). Les debe quedar el consuelo de que no se puede caer más bajo.
¿Y ahora qué nos espera? Pues nada nuevo bajo el sol. Gobierno del PSOE con pactos puntuales con los nacionalistas, políticas sociales trufadas de alguna medida liberal para compensar y el PP dando cera hasta que a mediados de la legislatura se anuncie el sucesor/a. ¿Que quién será? No descarto la vuelta del Salvador si vienen mal dadas pero mi apuesta particular sería por la Hillary Clinton española. O sea de Guatemala a Guatepeor. Pero eso será dentro de mucho tiempo. Disfrutemos mientras dure lo bueno.
Fotografía tomada de El poso de la duda
También estoy contento por el hecho de que Zapatero no haya conseguido una mayoría absoluta que podría suponer una perversa tentación. Fue la mayoría absoluta de la 2ª legislatura de Aznar la que trajo la crispación que hemos estado recogiendo hasta ahora. O mejor dicho, que seguiremos recogiendo de aquí en adelante.
Porque no nos engañemos: la estrategia de acoso y derribo del PP no ha fracasado. De hecho, el partido que lidera Rajoy ha obtenido más diputados que en 2004 por lo que no es descabellado pensar que se continúe en la misma línea. Se ha podido comprobar que el PP cuenta con unos votantes obstinados que les darán su apoyo hagan lo que hagan. Incluso si desprecian a esas víctimas que tanto dicen defender.
Ya les gustaría a formaciones como ERC o IU tener este tipo de votantes porque de ser así no habrían sufrido la debacle que han sufrido. Por ERC no siento ninguna pena pues está más que demostrado que es un partido bluff que tan pronto recibe el voto de castigo de los socialistas descontentos como es abandonado masivamente por sus ideas independentistas. Sin embargo, lo de IU sí me apena. He sido votante suyo en algunas de las últimas elecciones y en cierto modo, me siento responsable de su derrota electoral. Comparto muchas de sus ideas pero no estoy en sintonía con sus representantes. Creo en lo que dicen pero no porque salga de su boca. Espero que este varapalo les sirva para renovarse y renacer de entre los escombros del tsunami bipartidista al que tanto se refirió Llamazares justo antes de dimitir (gesto que le honra, por otra parte). Les debe quedar el consuelo de que no se puede caer más bajo.
¿Y ahora qué nos espera? Pues nada nuevo bajo el sol. Gobierno del PSOE con pactos puntuales con los nacionalistas, políticas sociales trufadas de alguna medida liberal para compensar y el PP dando cera hasta que a mediados de la legislatura se anuncie el sucesor/a. ¿Que quién será? No descarto la vuelta del Salvador si vienen mal dadas pero mi apuesta particular sería por la Hillary Clinton española. O sea de Guatemala a Guatepeor. Pero eso será dentro de mucho tiempo. Disfrutemos mientras dure lo bueno.
Fotografía tomada de El poso de la duda
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