El salario mínimo cultural

Tras leer su biografía Sabina en carne viva la sensación que extraigo es que este crápula ex-drogadicto se parece mucho a mí.
Se parece en sus opiniones sobre Cuba:
Si el mundo fuera como yo quisiera, gritaría contra Fidel
Se parece cuando habla de la monarquía:
A mí la monarquía no me ha hecho nada ni yo a ella, pero creo que un país se considera a sí mismo menor de edad si cree que necesita a unos señores puestos ahí por herencia
Pero sobre todo se parece cuando habla de la única revolución necesaria:
Estamos hablando de la única revolución de la que espero algo y la única que queda después de un siglo XX con tantas hermosas y siniestras revoluciones, con tantos Stalin. Estoy hablando de la única revolución que yo espero con todo mi corazón: la educación
Y para llevarla a cabo propugna lo que llama el salario cultural mínimo: cuatro libros en la casa del más pobre de manera que los niños, los padres y los abuelos de esa casa tengan el salario mínimo educacional para poder leerlos y entenderlos.

Esa sí que sería una revolución que yo apoyaría con todas mis fuerzas. ¿Cuándo empezamos?

Fotografía | Cartel de la última gira de Joaquín Sabina, Alivio de Luto

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