En enero de 2006 Hamás ganó las elecciones legislativas en Palestina. Acto seguido, Israel, Estados Unidos y la Unión Europea dictaron un bloqueo económico hacia este país hasta que Hamás renunciara a las armas. Lo hizo pero los bloqueadores hicieron oidos sordos. El resultado ha sido una guerra civil entre el pueblo palestino.
Como bien decía Iñaki Gabilondo en su editorial de ayer, les prometimos el oro y el moro cuando Arafat era el problema y las elecciones democráticas la solución pero no contábamos con que el grupo terrorista Hamás se alzase con la victoria.
Se impugnaron de facto los resultados. Se jugó con la supervivencia de más un millón de personas mediante la cancelación de las ayudas que alimentan a la gran mayoría de ellas. Ahora tenemos una guerra civil y nos echamos las manos a la cabeza.
Por poner un ejemplo más cercano, en el concurso de televisión Supervivientes colocan a un grupo de personajes famosos en un entorno natural en el que tienen que buscarse la vida. Se les obliga a sobrevivir en condiciones a las que no están acostumbrados. No tardan en surgir las disputas porque cuando el hambre llama a tu puerta no existe consuelo posible.
Algo parecido a esto pero en el Mundo Real está ocurriendo en Palestina. Cuando se les quita el sustento a dos hermanos, serán capaces de lo que sea para sobrevivir. Si es necesario matar, matarán. Como animales que fuimos, seguimos teniendo el instinto de supervivencia a flor de piel y si nos buscan, nos encontrarán. Es terrible llegar hasta estos extremos pero siempre tendremos la excusa de que nos vimos obligados a ello por los "opresores".
Fotografía | Milicianos de Hamás en el despacho del presidente Abbas en Gaza (15 de junio de 2007 - Reuters)
Se impugnaron de facto los resultados. Se jugó con la supervivencia de más un millón de personas mediante la cancelación de las ayudas que alimentan a la gran mayoría de ellas. Ahora tenemos una guerra civil y nos echamos las manos a la cabeza.
Por poner un ejemplo más cercano, en el concurso de televisión Supervivientes colocan a un grupo de personajes famosos en un entorno natural en el que tienen que buscarse la vida. Se les obliga a sobrevivir en condiciones a las que no están acostumbrados. No tardan en surgir las disputas porque cuando el hambre llama a tu puerta no existe consuelo posible.
Algo parecido a esto pero en el Mundo Real está ocurriendo en Palestina. Cuando se les quita el sustento a dos hermanos, serán capaces de lo que sea para sobrevivir. Si es necesario matar, matarán. Como animales que fuimos, seguimos teniendo el instinto de supervivencia a flor de piel y si nos buscan, nos encontrarán. Es terrible llegar hasta estos extremos pero siempre tendremos la excusa de que nos vimos obligados a ello por los "opresores".
Fotografía | Milicianos de Hamás en el despacho del presidente Abbas en Gaza (15 de junio de 2007 - Reuters)
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