Los intocables

Nunca he sido muy monárquico porque siempre he considerado desmesurados los "gastos de representación" que lleva consigo tan abundante familia. Hasta ahora transigía por ese carácter campechano de Don Juan Carlos que me lo hacía algo más cercano y por tanto, algo menos privilegiado. Su imagen correspondía a la de una persona sencilla a pesar de su alto rango. Sin embargo, el famoso "¿por qué no te callas?" ha echado al traste todos estos años de ingeniería de imagen.
Por mucha razón que tuviera en el fondo, las formas le perdieron y cometió, en mi opinión, un grave error. Una persona de su posición no puede expresarse de esta forma en ningún ámbito y mucho menos en una Cumbre Internacional delante de cientos de cámaras.
Algo que a mí me parece tan de sentido común, obviamente no lo es a los ojos de los medios de comunicación. Mientras el diario El País le considera "Personaje del año" y dedica todo un suplemento dominical a la loa de sus virtudes, televisiones públicas y privadas ofrecen reportajes monográficos día sí y día también. Parece que los periodistas agradecen este tipo de comportamientos "estilo Belén Estebán" que les ha ayudado a llenar tantas horas de programación.
Como en mi caso no hay programaciones que llenar, si este es el modelo de monarquía que vamos a tener a partir de ahora, paren en este tren que yo me bajo. Y parece ser que no soy el único.

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