Ciencia contra la pobreza

- ¿Es positivo dar libros a los niños de países en vías de desarrollo para mejorar su educación?
- ¡Sí, claro!
- ¿Cómo lo sabes?
- Hombre, me imagino que…
- No imagines nada. ¿Es más efectivo que proporcionarles un profesor adicional, o darles desayuno gratuito?
- No lo sé… Una cosa no quita la otra…
- Si tienes un presupuesto ajustado sí.
- Pero mejor tener libros que no tenerlos. Yo creo que….
- No creas nada. Es un tema demasiado serio para abordarlo según lo que “creas”. Si tu objetivo es mejorar la educación en un país como Kenia, y dispones de unos recursos limitados, deberías tener muy claro cuál es la forma más eficiente de gastarlos.
- ¿Y cómo puedo averiguarlo?
- Selecciona un buen número de escuelas con características similares en una misma región. A unas les das libros, a otras les suministras profesores, a otras das comida gratis a los alumnos que acudan a clase, en otras regalas uniformes, en otras desparasitas a los niños regularmente, y en otras no haces nada de momento. Intenta controlar todos los factores que puedas, sigue el desarrollo de los alumnos durante uno o dos años, y al final analiza qué impacto real ha tenido cada medida, y cuánto te ha costado.
- ¿Esto me recuerda a los estudios sobre salud, no? Para ver si el aceite de oliva es bueno para el corazón, y todo eso…
- ¡Exacto! Se llama un “randomized trial”, y es una metodología propia de los estudios epidemiológicos.
- Me parece un poco exagerado… ¿esto se debe hacer en cada caso?
- No. Si quieres solucionar problemas concretos que ya tienes bien identificados, o cuentas con mucha experiencia sobre el terreno, quizás no es necesario. Pero si pretendes abordar una situación nueva, o tienes dudas sobre si ciertos programas ya implantados son efectivos o no, estos estudios pueden resultar de gran ayuda.
- De todas formas, es un proceso un poco lento, ¿no?
- Piensa a medio plazo.
- Entonces… ¿Cuál es la mejor forma de mejorar la educación?
Este diálogo extraído del blog de Pere Estupinyà trata de ejemplificar el trabajo realizado por el Poverty Action Lab, centro asociado al Departamento de Economía del Massachussets Institute of Technology (MIT). Su misión es la de rentabilizar al máximo las ayudas al desarrollo que parten desde los países ricos tratando de racionalizar científicamente las decisiones a tomar.
Al principio estos randomized trials pueden sonar un poco fuertes pero corresponden a la aplicación del método científico que tanto progreso ha generado durante la Historia. Dado que el dinero es un bien limitado y evidentemente mal repartido, siempre hay que decidir en qué invertirlo y cuando se trata de cubrir necesidades básicas a veces nos dejamos llevar por la solución más inmediata dada la urgencia. Con esta aplicación de la ciencia, no sólo sabremos que es lo mejor para los receptores de la ayuda sino que contribuiremos a rentabilizar las ayudas de los donantes.

PD: Por cierto, la mejor opción de las contempladas en el diálogo del comienzo del post resultó ser la desparasitación de los niños: "además de ser la acción más barata, los niños sin gusanos intestinales perdían menos días de clase y tenían un rendimiento escolar muchísimo mejor
". A veces, lo más evidente no es la mejor opción.

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