La inmortalidad está más cerca

Y lo está gracias a esta mujer de aquí al lado: la alicantina María Blasco.
El grupo de investigación que está mujer dirige ha conseguido aumentar en un 45 % la vida de ratones actuando sobre 3 genes relacionados con la regeneración de los telómeros de los cromosomas (telomerasa) y con la supresión de los tumores (genes p53 y p16).
Al margen del extraordinario valor científico de tal descubrimiento, frente a este tipo de avances siempre se nos presentan dudas existenciales. ¿Merecerá la pena vivir 125 años? Es cierto que la proliferación de tumores estaría controlada pero, a expensas de nuevos descubrimientos, nadie nos asegura una vida sin Parkinson, Alzheimer o diabetes. ¿Os imagináis viviendo 40 ó más años con una enfermedad como el Alzheimer? ¿Existe realmente calidad de vida en una existencia unida al control farmacológico perpetuo?
Yo sigo pensando que lo bueno, si breve, dos veces bueno porque lo poco gusta y lo mucho cansa (¡cuán sabio es el refranero español!)

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