Hablando de educación


El otro día hablaba de la necesidad de cuidar la educación pública. Pues bien, en estos días de campaña me encuentro con la siguiente propuesta del PP valenciano:

Extender a primero de Bachillerato la fórmula de concertación en aquellos centros privados que ya tuvieran subvencionada la Educación Secundaria.
A la vista de la misma, podría parecer que a la Generalitat le sobra el dinero pero nada más lejos de la realidad porque simultáneamente nos encontramos con esta otra noticia:
Los padres del colegio Benalúa organizan una cacerolada el viernes para urgir el centro
El caso de este colegio alicantino es flagrante. Hace 7 años (!!) el colegio fue demolido por completo al declararse en ruina técnica. Desde entonces y tras las continuas promesas de la pronta construcción de un nuevo centro, alumnos y profesores de este centro han tenido que dar clase en aulas prefabricadas (también conocidas como barracones) que no cumplen con las condiciones mínimas que aseguren una educación de calidad.
El asunto aún no está resuelto y ni mucho menos constituye un ejemplo aislado de lo maltrecha que está la educación pública en la Comunidad Valenciana. Pero parece que es mucho mejor costearle una educación de élite a aquellos que ya se la pueden permitir.

Fotografía | Tomada de la página web del Colegio Benalúa de Alicante
Enlace | Blog de Ernes en el que se sigue la problemática del colegio

2 comentarios:

Ernesto Martín Martínez dijo...

La verdad es que tienes mucha razón, es algo vergonzoso. Son ya 7 años en barracones y no es el único caso de barracones en la Comunidad Valenciana (se me ocurre también el IES nº4 de Torrevieja o el Playa Flamenca de Orihuela). Una educación de calidad implica unas instalaciones de calidad.
Enhotabuena por el artículo!

Portobello dijo...

Yo estoy alejada del mundo educativo desde hace tiempo, no tengo hijos ni sobrinos. (Aunque ahora voy a tener un sobrino). Pero tengo una amiga profesora que siempre se queja de lo mal que va el sistema educativo. Y según leo a veces, parece absolutamente discriminatorio en cuanto a la educación pública. Debido a la inmigración la clase media ya no quiere inscribir a sus hijos en centros públicos. A la vista está que el Estado se está desdibujando.