Hemos perdido todos


Tras la digestión de los resultados electorales de ayer, me queda la impresión de que hemos perdido todos. ¿Por qué?
  1. Porque sigue existiendo un voto borreguil con el que se apuesta por el "dejemos las cosas como están" y por el que Comunidades Autónomas como Castilla y León (PP) o Castilla-La Mancha (PSOE) seguirán manteniendo gobiernos que llevan 20 años en el poder. El cambio es progreso aunque muchos no quieran aceptarlo.
  2. Porque las minorías siguen siendo menospreciadas por esta ley electoral que sólo otorga representación a aquellos grupos con más de un 5 % de los votos. Por esta razón, por ejemplo, Alicante tendrá que ser regido únicamente por los dos partidos mayoritarios cuando el 13 % del electorado ha elegido diferentes opciones políticas.
  3. Porque la corrupción no se ve castigada a tenor de los resultados en lugares como Castellón, Andratx, Torrevieja o Ibiza. Parece ser que hasta que no vengan los ediles a robarnos a nuestras propias casas no reaccionaremos.
  4. Porque la participación ha sido baja en el conjunto del país (63,78 %) cuando no ha sido muy baja: sólo el 53,80 % de los catalanes han ido a votar. Parece que la crispación creada por la problemática irreal del Estatuto ha hecho mella en el ánimo de los catalanes.
  5. Porque ANV ha conseguido proporcionalmente los mismos votos que conseguían sus predecesores abertzales. Con lo que el problema sigue encima de la mesa y con los interlocutores de la banda encumbrados como mártires de la democracia.
  6. Porque pase lo que pase, los partidos seguirán diciendo que han ganado.
Fotografía | Rafael Simancas en la comparecencia ante los medios tras conocer los datos definitivos en la Comunidad de Madrid

1 comentarios:

Anónimo dijo...

"voto borreguil"
Si oyeras alguna de las razones que me han dado alguno que vota a uno u otro partido despojarías el derecho de voto a ese personaje -no me importa tanto lo que elegimos como el por qué lo elegimos, la estupidez o la desinformación de uno puede pisar las motivaciones de otro votante que al menos se ha molestado en revisar la letra pequeña. Puesto que el voto no deja de ser un contrato que todos firmamos durante unos años, cabría esperar que escogiéramos el bien común en lugar de la prejubilación (ya eh)-. No somos ni mejores ni peores, todos somos personas con los mismos derechos y las mismas limitaciones (aunque no los mismos enchufes ni recibimos los mismos favores, claro) pero NO somos iguales. No soy relativista, creo que sólo hay una forma "mejor" de hacer las cosas para que todos vivamos lo más felizmente posible. Y mis puntos de vista sólo son aproximaciones a la escala de valores ideal -a falta de una denominación mejor-, y como puedo estar equivocado trato de no imponerme a nadie. Creo que esa es la base de la democracia, el derecho a defender tus ideas siendo consciente de que pocas cosas deben defenderse hasta el límite -salvo la libertad del individuo y el derecho a la vida se vean amenazadas- (llegar al límite no es poner bombas, ni la libertad es defender nacionalismos) porque PUEDES SER TÚ EL EQUIVOCADO.
Los porcentajes y las siglas no son más que maleza para ocultar una realidad, que las personas tendemos a vernos como islotes caminando sobre la tierra y cada uno va a lo suyo, la conciencia de que vivimos en una sociedad y que los demás sólo perciben lo que les mostramos tiende a cero. La falta de diálogo y defender banderas ajenas han llevado a este país a la quiebra en alguna que otra ocasión. Menos mal que la entrada que has escrito no tenía tanto que ver con mi comentario ni era así de pesimista. Visito blogs como el tuyo y no suelo comentar (ni en mi propio blog suelo responder, cosa que está bastante mal :( ), y para cuando lo hago tiendo a irme por otros caminos y soltar una parrafada más o menos coherente.
Un saludo. Te leo.