No sin mi casa

Ayer oía por la radio la noticia de que las españolas son de las mujeres europeas que más tarde se casan. Entre las razones que aducían algunas de las preguntadas estaba la de que la vivienda estaba muy cara. ¡¡Parecía que en lugar de casarse con un hombre se fuesen a casar con un adosado!!
Hoy me desayuno con la noticia de que los jóvenes no queremos alquilar ni siquiera a precios más bajos de los actuales. De hecho, la estadística dice que estamos muy lejos de la media europea en arrendamiento de viviendas (un 11 % de inquilinos españoles frente al 38 % europeo).
A la luz de estas informaciones, se reaviva en mí el sentimiento de bicho raro. No es que mi sueño sea casarme (ni mucho menos) pero el hecho de no poder adquirir una vivienda en propiedad no sería impedimento. Creo que podría soportar la terrible lacra social que supone "estar de alquiler". Es más, creo que podría rebajarme a compartir piso si mi sueldo mileurista no me permitiese mantener un piso propio y sin duda, podría superar el trauma de no poder presumir de estar hipotecado hasta los 70.
Mi gran pecado debe ser la falta de raíces, la máxima traición al gran sueño español: casa, coche y trabajo en la Administración para toda la vida. ¿Cómo personas de 25 años pueden limitar sus aspiraciones a esta "Santísima Trinidad"? Ya habrá tiempo de llegar hasta ahí pero antes hay que ver mundo. Y eso no se puede hacer con una pierna atada a la taza del water de tu flamante cuchitril de 40 m2 comprado en propiedad.

Enlace | Fantástico artículo en el que se destruye el mito de que "alquilar es tirar el dinero"

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Iba leyendo el fantástico artículo con expectación porque me parecía creíble hasta que he llegado al párrafo de la bolsa. ¡Se acabó la credibilidad!
De todas formas el tema es complejo y muy personal.
Desconozco como está hoy en día la ley sobre alquileres, pero mis padres y mis abuelos tuvieron que comprar cuando los propietarios de los respectivos pisos decidieron hacer negocio con sus propiedades. Y tenían unos más de cincuenta años y los otros mas de setenta.
A esas edades te aseguro que es durillo empezar en otro sitio otra vez.
Además, si vives de alquiler ¿harías los arreglos necesarios en la casa para dejarla a tu gusto sabiendo que en cualquier momento tienes que irte a otra?
Pero bueno, ya te digo que todo es muy personal.
Yo cuando tenía veinticinco me lo gastaba todo en fiestas ;-)

Raúl Velasco dijo...

Sin duda, el fantástico artículo de marras es el cuento de la lechera pero, como dirían en las películas, está "basado en hechos reales".
En cuanto a lo que me comentas de tus padres y abuelos tienes toda la razón: es muy difícil readaptarse a esas edades. Yo en este post hacia referencia a los jóvenes que quieren salir de casa de sus padres únicamente si pueden conservar la misma calidad de vida. Y eso, considerando los bajos salarios actuales, es difícil de conseguir.
Y respecto a los de los arreglos de la casa... La verdad es que no tengo problemas para vivir en ambientes desangelados. Cuando he vivido fuera de casa, me he apañado con cuatro cosas, unas fotos y buenos recuerdos. Es otro síntoma de mi falta de raíces ;-)
Gracias por comentar.

Anónimo dijo...

Lo que hay que plantearse es si es sostenible tener viviendas a 300.000 euros e hipotecas a 1.500 al mes durante 30 o 40 años. Ya hay una generación que no puede acceder a esas viviendas a no ser que se institucionalicen los tríos en vez de las parejas.

En definitiva, que a baja el precio de las viviendas, con lo que significa de hostia para el que compró caro o hipotecamos el futuro de los que vienen por detrás.

Raúl Velasco dijo...

@javierM: Si nos cuesta juntarnos en parejas, imagínate lo que sería montar tríos. Además... ¡¡se podría montar un revuelo parecido al de los matrimonios gays!!
Bromas aparte, sin duda esta burbuja inmobiliaria es insostenible y al final (después de muchos años de anunciar su pinchazo) nos explotará en las caras y veremos como baja nuestro crecimiento económico. Porque de ese precioso 4 % de subida del PIB, una parte enorme es debida al sector de la construcción.
En los próximos años, será el principal problema de la economía española junto con el pago de las cuotas de CO2.Veremos a ver cómo lo gestionan nuestros políticos.